Frasco roto.
Escondeme tu carne, dime que las despedidas son mentiras piadosas que a veces juegan a salir y se sienten tan cerca como el adiós que aprietan mis dientes.
Esconde los pedazos de ese frasco donde están mis versos, tu sonrisa de madrugada, tus manos frías e incluso las horas en las que desafiabamos al mundo para poder vernos.
Ahora es de noche y mientras me muerdo los labios como tu solías hacerlo, mientras tus olores vivien entre mis sábanas, y tus ganas me desnudan la piel... Sigo aquí tumbada, viendo como lo conviertes en un millón de pedacitos e imaginando tu cuerpo acostado en otras camas buscando un manual que te ayude a olvidarme.
P de Lunas.
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