CHOQUE
- Ya yo tenía 10 minutos en la buseta cuando mirando por la ventana apareció del otro lado de la cera,
mi corazón empezó a latir tan fuerte que podía escuharse más que aquella bachata que sonaba en la radio del conductor. Con todas mis fuerzas y sin prudencia alguna, asomé la cabeza por la ventana y le grité.
Me hizo señas de un 'No' con su mano, entonces cegado por la casualidad aproveché el semáforo en rojo y di un salto al suelo.
Corrió, velozmente cruzó la calle y llegó a mis brazos, la abracé fuerte, como si nunca antes la hubiese tocado, como si supiera que nunca más la volvería a tocar.
Lo siento Doctor, no sé quién es ella, después del accidente lo que acabo de decirle es lo único que puedo recordar.
P.de Lunas.
P.de Lunas.
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