Mi querida Puta.
Qué puedo decir, siento que ha sido un mes muy complicado, largo y con demasiados
altibajos para mi gusto. Como siempre ando buscando líos sin ninguna razón, me
he ganado un par este mes, una noche salí con César, el novio de mi prima, él
no vive aquí y vino para su cumpleaños, pero ella se comportó muy mal y quise
que se distrajera. Esa noche la pasábamos muy bien, incluso conocimos a una puta llamada Jessica jajaja claro que ese no era su nombre real, era mona y tenía
unos ojos color naranja o verde, no estoy segura, pero eran maravillosos, le
gusté desde el primer momento en que me vio. Yo estaba orinando detrás de un
cesto de basura y ella se acercó a pedirme el turno, fue muy gracioso, en todo
caso, al terminar, se colocó ella y yo me di la
vuelta para taparla con mis piernas.
Más
atrás se acercó otra chica, incluso aún más guapa de la que estaba detrás de mí
haciendo sus necesidades, eran amigas, y se la iba a llevar, creo que Jessica
estaba un poco ebria así que actuaba de manera rebelde y no quiso irse con su
amiga, inmediatamente, le pregunté
-¿Qué
sitios buenos para rumbear hay por acá cerca?
-
venga le digo, por acá derecho, la disco es una chimba.
Caminamos
unas dos cuadras más y llegamos a la
discoteca, ella, la chica bonita, el novio de mi prima y yo, topándonos en la
entrada con un muchacho alto, muy robusto y camiseta negra, él cobraba las
entradas para subir. Yo al ver que la fiesta desde acá abajo se escuchaba tan
bien, estaba decidida a entrar.
-
El Cover para ella cuesta 100 Mil.
-
- ¿para ella? – dije yo señalando a mi puta
de ojos naranjados o verdes.
-
Si, si quieren que ella entre, páguenme
100 mil.
-
Entremos sin ella - Dijo el novio de mi
prima.
No
entendía lo que había pasado, sin embargo desistí de la idea de entrar, ella se acercó y me
explicó que había peleado dentro de esa discoteca, que otra mujer (imagino igual de puta que ella) la golpeo, y no se iba a
dejar pegar. Le pregunté por otro sitio y a ese si pudimos entrar. La cara que tenía
el novio de mi prima era impredecible, me decía que cada minuto con la compañía
de estas chicas costaba, pero a la vez estaba fascinado viendo lo que pasaba
entre Jessica y yo.
Le
pregunté a Jessica que si yo le había gustado, me respondió con un beso, lo sentí especial, porque según lo que he escuchado y según mi
nula experiencia hasta el momento, las putas no besan en la boca. Ya estaba
surgiendo otro tipo de necesidades, había tenido una buena conversación con esa
chica, tenía un hijo, era de Medellín y le gustaba la coca, incluso alcanzó a
decirme su verdadero nombre, el cual no recuerdo, Jessica me gustaba, su nombre
de trabajo, sus piernas largas, su forma exagerada de hablar, y lo espontanea
que pudo ser al decirme:
- Vayámonos pues, yo quiero amanecer con usted.
El novio de mi prima me tomó del brazo y dijo.
-¿Acaso
te has enamorado?
-¿Es
posible amar a una mujer como ella? – le respondí. – pero no puedo dejarla ir,
Vámonos a la playa y vemos amanecer.
Empezaba
desde entonces la primera noche que pasé con una puta. Sentados frente al mar,
me repetía una y otra vez que nos fuéramos a un hotel, yo le respondía de
manera pedante, sentía el control de ella y de la situación por eso de ser la
que poseía unos pesos de más.
– Cálmate,
que no te voy a pagar por una conversación.-
Cuando
empezaba aclarar el cielo, los pájaros se sincronizaban en cantos y los vendedores
ambulantes empezaban turno me desnude completamente y fui corriendo hacia la
playa, me di varios chapuzones y regresé a la arena. El novio de mi prima y Jessica
hablaban, se notaban muy cómplices e inmediatamente dije: Vamos, hay un hotel
cerca.
La
chica bonita se había ido con otros muchachos, no la culpo, se veían mucho más
interesantes que nosotros. Me encontraba ya en el baño con mi puta de ojos
bonitos, recibió la llamada de la amiga, y al colgar el teléfono, sacó del
mismo bolsillo un ziploc de cocaína y un mocho de pitillo, lo inhaló y me ofreció,
también lo hice una o dos veces, estaba
llena de sorpresas, también sacó un chicho de sus tetas y lo encendimos.
Antes
de todo, la tomé por cabello y le dije que lo disfrutará, ella asentó y comenzó a besarme, al juego ya se venía
uniendo el novio de mi prima, la penetró mientras ella besaba mi entrepierna. Está de más decirte todo lo que aquella noche pasó, solo sé que soy víctima de esa
personalidad que me domina por las noches, de esas sustancias químicas que me
contaminan las horas, fui esclava de la
parla y convicción que maneja cada mujer de esas.
-
Usted me hizo venir varias veces - me dijo mientras
nos duchamos.
Al
salir del hotel, ya bastante avergonzada y un poco más sobria, revisé los
bolsillos de mi pantalón y no tenía dinero, todo la plata que había guardado
para pagarle a mi puta ya no estaba, le
dije al novio de mi prima que pagará y
se rehusó, hablaba de un trato entre ellos que no se había cumplido y por ende
él no le pagaría ni un peso. La cosa se fue tornando incomoda, yo solo estaba ahí
como si nada, escuchando las ofensas que se decían, ella me miraba decepcionada.
-
- Le voy a decir una cosa, él me dijo que me daba 100 Mil pesos, si yo lograba hacer qué usted estuviera con él.
- Le voy a decir una cosa, él me dijo que me daba 100 Mil pesos, si yo lograba hacer qué usted estuviera con él.
- - Pero eso no pasó, abrase- respondió
el novio de prima.
Comprendí
que él había querido follarme todo el tiempo, pero yo no se lo había permitido,
me centré solo en ella, yo quería estar con ella. Ellos habían hecho un trato a
mis espaldas no supe en ese entonces de los tres, quien era la persona más
puta. Se acercaba una moto de policías y ella los llamó, como si ya la cosa no fuera lo suficientemente vergonzosa les
contó lo que estaba pasando. Nos hicieron un registro, se nos rieron en la cara
y nos obligaron a llegar a un acuerdo. Los policías estaban de nuestro lado, o
del lado de él, porque yo acepto realmente que lo estaba dudando, no sabía de qué
lado estar.
La cosa
seguía sin concluir, hasta que Jessica
al parecer se cansó de la situación, encendió un cigarrillo y se acercó a mí.
-
A usted la tengo que volver a ver.
Estiró
el brazo para pedir un taxi, abrió la puerta, se dio la vuelva y dirigiéndose hacia
él empuño su mano y lo golpeó, lo golpeo tan fuerte que logró tirarlo al piso, salió
corriendo y se fue en el taxi que estaba detenido por ella.
Levanté
a César del suelo, y caminando frente al mar, pedí disculpas por todo, él solo quería
distraerse de las peleas que tenía en su relación con mi prima, y yo, como de
costumbre lo hundí en mis doctrinas, en mis retorcidos deseos.
Soltó
una gran carcajada y dijo:
-
Bueno, Al final es una muy mala puta.
Micro cuento- Priscila de Lunas.
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