En tus manos.
Hola querido amigo, te escribo esta
carta porque a veces, en el discurso oral no soy tan buena, me gusta escribir,
siento que puedo dejar las cosas más claras y no sonar tan modesta según como
interpretes lo que voy a decirte.
Te conocí de una manera muy extraña,
pero supongo y dicen que así, nacen grandes amistades, hemos salido, hemos
bailado, hemos compartido algunos de nuestros secretos y lo más importante he
podido contar contigo en ocasiones que lo he necesitado.
Pienso que esto apenas comienza, que
nos quedan aún muchas aventuras que vivir, muchos saludos que inventar e
incluso incrementar nuestra búsqueda de lugares extraños para compartir nuestra
felicidad, pero nada de esto será posible si no soy clara contigo desde un
principio.
Quiero decirte esto a ti, porque no
quiero volver a pasar por lo mismo, no quiero que me mires de manera diferente
a lo que soy, no quiero que te provoquen mis piernas, ni digas que tengo
bonitos ojos, dime que soy una grosera y salúdame con puños como lo harías con
cualquier otro de tus amigos.
Te digo esto porque estoy cansada de
perder a gente que apenas comienzo a querer, estoy cansada de ser la mala y
dañar corazones sin ningún motivo, estoy cansada de rechazar abrazos por creer
que tienen otras intenciones. Cuando
trato de mantener alguna amistad con un chico, nunca suele funcionarme, quizá con
el tiempo, me ven como esa amiga que pudiera ser la novia perfecta para ellos,
pero más allá de eso, me gustaría que supieran diferenciar, me siento alagada
al notar un gusto hacia mi persona, pero me siento molesta al no poder caminar
delante dé el sin que le provoque cogerme de la cintura y querer hacerme suya.
Ya me es bastante difícil mantener
relaciones con cualquier tipo de persona y si a esto le hemos dado un buen
comienzo por favor no permitas que se dañe, ya no quiero seguir perdiendo.
Quiero que entiendas que soy buena como amiga, y que nunca seré la misma como amante.
No trates de enamorarme, no trates de amarme, porque lo único que sé hacer en
ese caso es alejarme. Por favor permíteme tener una excepción y déjame ser tu
amiga, sin derechos, sin izquierdos, con vistas al sol y alcohol por las
tardes.
Déjame sentirme libre por primera vez
al lado de un gran amigo, déjame ser quien soy, acéptame así, inconclusa, desgarrada
y solitaria, ámame sin intereses, sin besos en la boca, lléname de tu cariño y mírame sonreír desde otras
orillas. Ahora bien, si crees que es tarde ya, que mis palabras te han herido
porque ya ha crecido en ti un sentimiento de amor, quiero pedirte perdón,
quiero creer que ha sido mi culpa y entonces saldré huyendo por la puerta
grande, con la mirada hacia abajo y un poco más vacía por tener que
desprenderme de ti.
Ya sanarás querido amigo, nuestra relación
está en tus manos, y yo creo ciegamente en las ausencias, cuando creas haberme
sacado de aquel lugarcito absurdo donde me has mantenido, búscame afuera,
estaré esperándote con mis brazos abiertos para volver a comenzar.
P. de Lunas.
Comentarios
Publicar un comentario