Qué sé yo del amor.
Acaso no es el amor los besos, las caricias, la risas, los secretos... que bonito es levantarte y encontrarte con su mirada, escuchar su voz, pensar que todo habrá valido la pena con oler su cuerpo, tomarle de la mano aunque te pongas nervioso y jugar con sus dedos hasta el final de la tarde, pero...
…Llega ese momento en el que pensabas que era poco probable levantarte de la mierda, pero aun así esperas la hora de verla, no lo consigues, esta vez
no te llama, ni te escribe, y cuando por fin se ven es como si no le importara,
como si cualquier cosa que tu esperabas tomó el tren una hora antes y tú
llegaste tarde, que al día siguiente te
levantas más temprano a ver si por fin puedes llegar, pero esta vez el tren ni
siquiera pasó. En su lugar encontraste
un saco lleno de memorias, de frases bonitas y sentimientos revueltos, de
detalles, un saco donde metió todas las cosas que por amor, una vez
entregaste, incluyendo tu paciencia, tu carácter, tu libertad, todas esas cosas
de las que te has despojado para poder ser, con ella.
Ahí están, unas piezas rotas,
otras incompletas, todas diferentes burlándose de ti. Empiezas a preguntarte ¿Qué pasó?, cuando empezaste a sentir que no tenías espacio para tanto vacío, cuando
empezaste a levantarte y no verle dormir, cuando empezaste a bañarte solo, a
hablar solo, a repetirte una y otra vez que las cosas estarán mejor; cuando
empezó a salir sin ti, a beber sin ti, a pedir y ofrecer cosas que al parecer
están fuera de tu alcance, cuando empezaste hacer un total desconocido...
Es aquí donde sientes esa mano
que entra y te aprieta el corazón,
dejándote sin pulso, sin aire, deteniendo tu sangre, todo empieza a caerse en pedazos frente a ti,
cada sueño, cada lugar, cada canción se va convirtiendo en recuerdo, en
nostalgia, en soledad. Y Aquellos encuentros románticos que naturalmente eran
la piedra que sostenía la puerta para
que no se azote, se convierten en
simples soplos de aire cada vez menos frecuentes.
Llega la desesperación,
las noches de ansiedad se han convertido en desvelos de ira, en azotes a todas
las cosas que creíste haber hecho bien, pero no, nada fue
suficiente, y nunca descubrirás el por qué,
esa sensación de impotencia y fragilidad que te hace herirte a ti
mismo, lamentar cada paso que diste a su lado, a mirar su cabello raro, su piel
quebrada y la incompatibilidad de su sangre con la tuya.
https://www.youtube.com/watch?v=RbKhONiUUe8
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