Más allá de los detalles, no hay mucho por conocer.
Dice que no nos conocemos, pero ha venido a este sitio, ha visto la sangre seca sobre mis letras y ahora sabe que es el lugar donde me gusta venir a conocerme también.
Dice que no nos conocemos, pero nos entendemos perfectamente en idiomas, en planetas, en sonidos de animales, en canciones astromanticas, en deseos impacientes y en miradas de mañanas.
Dice que no somos, que no nos conocemos; si pudiese más que el miedo le diría que a donde fuera siempre reconocería esos ojos tan tristes y que el silencio de mi habitación tiene grabada las veces que he dormido escuchando su voz.
Dice que no nos conocemos pero siempre será nuestra, la seguridad de sonreírnos en cada saludo, de estar en cada gota de agua, de morir en mutua piel y desear callar desesperadamente las distancias con el insaciable tacto.
P. de Lunas.
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