QUE DIFÍCIL ES SEGUIR TUS PROPIOS CONCEJOS CUANDO AMANECE.


Crees que te has acostumbrado a la oscuridad y que ahora es ahí tu paz y tu tranquilidad, justo cuando estas terminando de leer el mito del velo y teniendo conversaciones más llevaderas contigo mismo, teniendo esa sensación de que al fin conociste un final feliz.

Yo sentía todo eso, pensaba que ya nada podía volver a engañarme, pero apareció esa luz atenuante en medio de la nada, era tan preciosa, tan repentina y conocida que le fue inevitable no cegarme.
Me mantuvo elevada, a salvo, olvidando poco a poco los escalones que he dejado atrás, sonreía con frecuencia, subí un par de kilos, rechazaba con seguridad cualquier sombra, por más tentadora que fuese. Como no sentirse infinito cuando todos los sentidos se unifican para volverse vulnerables ante un ser, ante una caricia en el pecho y unos ojos tan negros como el universo mismo. Es imposible para mí que soy tan débil, tan ilusionada, y soñadora serme infiel ante tal situación, no importa si me juzgo, pues entre tantas decisiones de las que me levanto arrepentida fuiste la que me enseñó que no debo arrepentirme.

Que si bien estuve cerca de la felicidad a la vuelta siempre te espera lo real, te esperan los verdaderos rostros y aquellos vecinos del alma que ya te han dado golpes por la espalda, y más alenté, casi llegando a lo más difícil de ver, estás tú, tú que te hiciste llamar libertad mientras cargabas jaulas de pájaros en la cabeza, que te hiciste llamar compañía mientras el frio de cada noche congelaba tu lado de la cama, tu lado de mi vida, ahora que estas en este sitio, he de darme cuenta lo bonito que puede ser al fin perderte.
Mis alas siempre han sido más fuertes que yo, pero esta vez tienen miedo de soltar, debo recordarles aquella oscuridad sin ti, que hemos salido de ella hacia un sol que nos hace daño, me quema la piel y me seca por dentro; vuelvo a estar encerrada en una prisión ajena, vuelvo a sentirme agobiada por su risa, vuelvo a sentirme dependiente a ello.


Escapar esta subestimado, huir siempre será la mejor manera de encontrarse a sí mismo, si pensamos en colectivo, la mayoría de las personas son un porquería, pero no nos toca vivir con ellas si no queremos, en cambio quieras o no, debes aprender a escucharte, a quererte y aceptarte, darte cuenta que ninguna persona puede controlar lo que eres, lo que sientes, lo que has sido, nadie más que tu sabe por lo que has pasado, júzgate, critícate pero también trata de remendarlo, porque a diferencia de cagarla con otras personas, tú no tienes la opción de no perdonarte.


Nada de lo que has hecho puede o no ser peor que lo que han hecho los demás, eres un ser humano, te equivocas, cometes errores, lloras porque somos agua, pero también crecemos las mismas veces que morimos, mira al frente y si no te gusta lo que vez, simplemente sal de ahí y cambia las cosas, cambia tu vida, desenamórate de lo toxico y sé la persona que quieras ser. 



P. de Lunas.

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