Apareces descalza en los días en que creo no estar lista para ti, apareces vestida de azul como si salieras de las aguas más cristalinas del océano, dando salticos pequeños para no morir en el intento. Y yo, queriendo inmediatamente ir a salvarte o a ahogarme junto a ti. Apareces como la imagen huida que enamora, con esa voz gruesa que lastima, aparecen esos ojos que avivan y ese cabello ansioso de enredarse en garras. Te pareces a mi cura, a mi mejor decisión, te pareces a esa cosa bonita que siempre dicen que va a pasarme. Pásame ahora, mi amor, que nacen letras para ti donde había un terreno infértil, pásame ahora, mi amor, que no me arrepiento de haber nacido de nuevo, de haber huido, de haber cambiado, porque al final me estabas esperando ahí, en aquella banca. Tiende mi mente en una hebra de tu cabello y descarrila mi ilusión en la primera estación, recíbeme en el parto, calma mis lágrimas y arrúllame en tu pecho. Quiero dar...