A solas.
Suelo sorprenderme de mi misma, a veces no me reconozco. En cada caída voy cambiando, voy golpeándome una y otra vez en ese vuelo inconsistente. Aterrizo en placeres o aparentes desfogues Me entretiene lo simple, no consigo lo magno. Creo desastres en mis viseras; a pesar de mis escudos y mi cabalgar no consigo alcanzarme. Caídas bonitas, suaves palabras, “no siempre hay que saber quién eres” Estoy bajo la lluvia equivocada, me devuelvo, vuelo a huir. Me entristecen mis heridas, me consuelo con calmantes. Recibo lo que merezco… me espero y nunca vuelvo. P. de Lunas. .